domingo, 19 de enero de 2020

Breakfast Time

Tengo la mala costumbre de soñar con los ojos abiertos...





Me acerqué de puntillas.
La cocina olía a canela y caramelo
y su espalda era un refugio
al que amarrar mis manos.
-¿Quieres probar? -me dijo,
sin retirar su mirada del fuego
(su mirada de fuego).
-Claro -contestó mi sonrisa
antes que mi voz.
-Si cierras los ojos,
Te sabrán a cielo.
“Si ya estoy allí”, pensé.
Pero me quedé a oscuras,
con el corazón
latiéndome al oído, esperando
aquel dulce y cálido bocado.
Y tenía razón.
(sus labios)
(oh, sus labios)
Sabían a cielo.

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